Por último, después de la fiesta y los regalos, merendamos todos: nuestros familiares, los voluntarios de la asociación, sus amigos y nosotros. Esta fue una merienda especial, con cierto sabor agridulce; dulce por los azúcares de los pasteles y turrones y agría por la separación de nuestros amigos hasta después de los Reyes Magos.
Hemos puesto al montaje, como fondo musical, un villancico venezolano con el que queremos mandar un emocionado abrazo a todas las Hijas de Natividad de María, a sus asociaciones y a sus amigos de Venezuela y de los otros países latinoamericanos donde desarrollan su gran labor: Uruguay, Argentina y Méjico. Desde Valdepeñas, en el corazón de la tierra de Don Quijote, un fuerte beso y abrazo para todos y nuestro mayor deseo de justicia y solidaridad social para el Año Nuevo.