Mi madre siempre decía que el amor de los niños es como agua en cestillo, que se escapa sin quererlo. Os traemos hasta aquí la última manualidad del taller que monitoriza Maricarmen Pretel y que desarrolla junto a Ana, Rafaela, Paqui y Juani. Esta semana tocó decorar cestillos para pan, para fruta o -porqué no- para cariño de niño.
La impresión que desprenden estas imágenes de nuestros chicos y chicas nos hace pensar que sólo su disfrute de la actividad ya les regala la mayor satisfacción a las voluntarias que trabajan en el taller.
Pero os hemos traído hasta el blog estas imágenes para celebrar que Yurena se ha incorporado a nuestro centro, completamente restablecida, y que ello nos produce a todos una enorme alegría.
También queremos celebrar con todos vosotros la participación, por primera vez, de Nerea en el taller de los martes porque eso significa una adaptación muy positiva a nuestro centro.
Enhorabuena, queridas voluntarias.
Enhorabuena, queridos niños y queridas niñas.
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